Para los que han oído hablar de la aplicación de geocaching de Terra Aventura y dudan en empezar. E incluso para vosotros, avezados coleccionistas de insignias que pensáis que el geocaching ya no tiene secretos para vosotros (no estéis tan seguros)… Compartimos con vosotros nuestro feedback sobre la experiencia Terra Aventura en Bidart, de verdad, sin filtro, tras descubriendo el curso “Fuentes, ballenas y marineros”.
Somos Juliette & Océane, dos estudiantes en prácticas en la Oficina de Turismo durante unos meses.
¡Descubrimos el geocaching en Bidart y teníamos muchas ganas de compartir nuestras aventuras contigo! ✌️🤩
Buena lectura !
¡Dirígete a Bidart!
Datos contextuales: estamos en primavera, está gris pero el tiempo parece estar subiendo... Un momento ideal para emprender el curso y conocer un poco más a Bidart.
Así llegamos al punto de partida: el viejo lavadero bien escondido, cerca de la plaza del pueblo. Se puede llegar por tres caminos diferentes, ¡depende de ti encontrar al menos uno!
El resto de la ruta nos llevó hasta la plaza del pueblo donde encontramos el famoso tríptico labordinense: ayuntamiento, iglesia, frontón.
Era solo el comienzo de la ruta, pero aun así aprovechamos para detenernos unos segundos en la plaza... para aprovechar el ambiente cálido que allí reina y observar la cadena de los Pirineos (tuvimos la suerte de tener claro cielos, puedes confiar en nosotros, no es el caso todos los días 🐸☔).
Dos acertijos resueltos más tarde, dirección el gran frontón. Un pequeño consejo para este paso: ¡no vayas demasiado rápido y abre bien los ojos! (Y además, pasar por la entrada superior… Aunque ya estemos tentados a tomar atajos) 😜.
Luego fue el gran descenso a la escuela primaria. Y, sinceramente, cuando veíamos una bajada tan bonita como esta, nos asustábamos pensando qué tipo de subida nos esperaba.
Después de una parada en la escuela, nuestras sensaciones eran buenas, pero subimos bien, motivados porque íbamos hacia el Capilla Ur Onea, cuya belleza habíamos sido alabados.
De camino nos sorprende una encantadora casa vasca, antigua con una pequeña puerta marrón, que se esconde en un lateral. ¿Puedes encontrarla?
Unos minutos más tarde, aquí está, la soberbia capilla que se va revelando poco a poco a nuestra izquierda. Una vez en frente, no nos decepcionó, esta capilla blanca, cuya entrada está decorada con follaje, no nos dejó indiferentes.
Al entrar al interior apreciamos la tranquilidad del lugar y la belleza de los vitrales de colores sorprendentes. ¡Afortunadamente, parece que está abierto al público solo un mes al año! El resto del tiempo, puedes descubrirlo mostrando el código Qr que está pegado en la pared lateral, ¡permite acceder a un recorrido virtual por el interior de la práctica capilla!👌
Unos metros y un descanso más allá, nos incorporamos a la Vía verde de Uhabia.
Caminamos por las orillas del Uhabia hasta la etapa que nos hizo pasar un mal rato… No diremos más, ¡solo presta atención a los detalles! (allí, bajo tus pies… cerca del río) 🧐
Luego, continuamos nuestra caminata hacia el estero del Playa de Uhabia. Allí, dimos vueltas en círculos durante unos minutos antes de encontrar la respuesta que, de hecho, ¡estaba frente a nosotros! 😝
Después del esfuerzo, de la comodidad, aprovechamos estar en la playa para sentarnos y comer unas galletas para recargar pilas y apreciar la calma en esta estación.
Luego volvimos a ponernos en marcha, decididos a recorrer la larga pero suave subida de la avenue de la grande plage, que conecta la playa con el centro del pueblo, pasando frente a magníficas villas vascas.
Çsubió de nuevo?
Llegados un poco más arriba, girando a la izquierda, llegamos a un pequeño sendero de hierba que nos ofrecía una vista muy bonita del océano y que nos conducía a la mesa de observación de los Pirineos.
Desde este punto, podríamos adivinar el puerto pesquero de Guéthary, la bahía de San Juan de Luz, ¡e incluso la costa española!
Unos metros más arriba estamos en el famoso “punto de vista” de Bidart, al nivel de la Capilla de Sainte Madeleine. Desde este último paso, hemos podido encontrar las coordenadas del caché…
…¡y lo encontramos! El punto de vista final merece nuestros esfuerzos: ¡es magnífico!
Tu turno!